En su réplica a mi post anterior, Rodolfo extiende un poco más su discusión sobre la diferencia entre el Monopoly (lo llamé así porque así lo encontré aquí y aquí, además es un nombre propio así que realmente no veo la bronca) y Settlers of Catan. Me iba a saltar este comentario, pero al ver que Rodolfo de hecho usa el Monopoly con sus estudiantes me sentí obligado a decir algo.
Y es que dice Rodolfo que Settlers es mejor juego porque “rompe la lógica pura del mercado que encuentras en Monopolio o Turista”. El problema con esto es que ¡Monopoly NO es un juego que siga la lógica del mercado! La diferencia principal y la más importante y la que no puede desecharse, entre Monopoly y el mercado real es que en el juego los consumidores NO pueden elegir entre diferentes productos (por ejemplo quedarse en un hotel u otro) o entre consumir y no consumir. Mientras en el mercado real los consumidores toman decisiones de qué consumir y qué no consumir, en el juego el consumidor es obligado a consumir aún si no lo desea. Es un ente pasivo que queda sometido a la suerte de los dados.
¿Por qué es esto tan importante? Porque en el mercado real, los intercambios, cuando se llevan a cabo libremente, resultan en una ganancia para ambas partes. Es una relación gana-gana. El consumidor gana al adquirir un producto que quiere (y lo quiere más que el dinero que pagó por él, si no no lo compraría) y el vendedor gana al adquirir el dinero (el cual es preferible para él). Es por esto que al final son los consumidores quienes, mediante su consumo y no-consumo, deciden qué productos se producen y de qué calidad, y, por consiguiente, también deciden quien se vuelve millonario y quien fracasa.
En Monopoly, en cambio, uno tira los dados y es obligado a pagar dinero a cambio de … ¡nada! El consumidor no obtiene ninguna satisfacción. ¿Qué consumidor haría eso en la vida real? De hecho, hay sólo una situación que se me ocurre en la que un consumidor real es obligado a pagar, si no por nada, al menos sí por promesas que generalmente no se cumplen o se cumplen a medias y a un alto costo (en salario de políticos y burócratas entre otras cosas): cuando es obligado a pagar impuestos.
La peor parte, desde mi punto de vista, es la manera en que Rodolfo pretende arreglar el juego:
ACTUALIZACIÓN: Rodolfo aclara que él no ha utilizado el Monopoly con sus alumnos. Que la clase en la que introdujo las reglas de cooperación fue una clase que él estaba tomando. Rodolfo, me siento apenado por mi inferencia errónea. Mis disculpas son sinceras. Yo realmente creí que había sido una clase que tú habías dado porque pensé que si habías sido tú el que introdujo esas reglas de cooperación entonces estabas en la posición de autoridad para hacerlo. De ahí mi inferencia. Disculpa.
Aún así el contenido del post no era un ataque a tu persona. Lo que quise demostrar es que el Monopoly no sigue la lógica del mercado y, de hecho, es imposible arreglarlo para que lo haga. Creo que explicar la diferencia entre Monopoly y el mercado real es un ejercicio que no tiene desperdicio de cualquier manera.
Nomás para terminar, no es que prejuzgue cuál es el resultado óptimo para ti. En general, si el Monopoly representara fielmente al mercado, hasta yo estaría de acuerdo en que la riqueza se redistribuyera de forma equitativa. El problema central pues, no es cuál es el resultado óptimo del Monopoly, sino que el juego de ninguna manera representa lo que sucede en el mercado.
Y es que dice Rodolfo que Settlers es mejor juego porque “rompe la lógica pura del mercado que encuentras en Monopolio o Turista”. El problema con esto es que ¡Monopoly NO es un juego que siga la lógica del mercado! La diferencia principal y la más importante y la que no puede desecharse, entre Monopoly y el mercado real es que en el juego los consumidores NO pueden elegir entre diferentes productos (por ejemplo quedarse en un hotel u otro) o entre consumir y no consumir. Mientras en el mercado real los consumidores toman decisiones de qué consumir y qué no consumir, en el juego el consumidor es obligado a consumir aún si no lo desea. Es un ente pasivo que queda sometido a la suerte de los dados.
¿Por qué es esto tan importante? Porque en el mercado real, los intercambios, cuando se llevan a cabo libremente, resultan en una ganancia para ambas partes. Es una relación gana-gana. El consumidor gana al adquirir un producto que quiere (y lo quiere más que el dinero que pagó por él, si no no lo compraría) y el vendedor gana al adquirir el dinero (el cual es preferible para él). Es por esto que al final son los consumidores quienes, mediante su consumo y no-consumo, deciden qué productos se producen y de qué calidad, y, por consiguiente, también deciden quien se vuelve millonario y quien fracasa.
En Monopoly, en cambio, uno tira los dados y es obligado a pagar dinero a cambio de … ¡nada! El consumidor no obtiene ninguna satisfacción. ¿Qué consumidor haría eso en la vida real? De hecho, hay sólo una situación que se me ocurre en la que un consumidor real es obligado a pagar, si no por nada, al menos sí por promesas que generalmente no se cumplen o se cumplen a medias y a un alto costo (en salario de políticos y burócratas entre otras cosas): cuando es obligado a pagar impuestos.
La peor parte, desde mi punto de vista, es la manera en que Rodolfo pretende arreglar el juego:
Si tú introduces cambios en las reglas de Monopolio, por ejemplo, introduciendo impuestos a los más ricos o aumentando los premios para los más pobres o más aún--algo que hice en una clase--introduciendo reglas informales de cooperación entre los menos privilegiados, entonces cambias por completo la lógica irracional del Monopolio o Turista clásicos que ciertamente te llevan a esos resultados que son los típicos de un juego de suma cero.Y es que, como todos sabemos, la gente es tonta y no coopera a menos que el gobierno la induzca a ello (¿qué no cooperar es algo que se hace voluntariamente?), y los ricos merecen que les quitemos su dinero ¿o no? ¿Por qué no de una vez introduces un jugador, de hecho podrías ser tú, siendo el profesor, que expropia todas las propiedades y reparte la riqueza entre todos los demás? ¿No te llevaría eso al resultado óptimo?
ACTUALIZACIÓN: Rodolfo aclara que él no ha utilizado el Monopoly con sus alumnos. Que la clase en la que introdujo las reglas de cooperación fue una clase que él estaba tomando. Rodolfo, me siento apenado por mi inferencia errónea. Mis disculpas son sinceras. Yo realmente creí que había sido una clase que tú habías dado porque pensé que si habías sido tú el que introdujo esas reglas de cooperación entonces estabas en la posición de autoridad para hacerlo. De ahí mi inferencia. Disculpa.
Aún así el contenido del post no era un ataque a tu persona. Lo que quise demostrar es que el Monopoly no sigue la lógica del mercado y, de hecho, es imposible arreglarlo para que lo haga. Creo que explicar la diferencia entre Monopoly y el mercado real es un ejercicio que no tiene desperdicio de cualquier manera.
Nomás para terminar, no es que prejuzgue cuál es el resultado óptimo para ti. En general, si el Monopoly representara fielmente al mercado, hasta yo estaría de acuerdo en que la riqueza se redistribuyera de forma equitativa. El problema central pues, no es cuál es el resultado óptimo del Monopoly, sino que el juego de ninguna manera representa lo que sucede en el mercado.
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