Va el último en esta serie. Comienzo con el punto 3 del post original de Rodolfo:
La siguiente observación de Rodolfo en cuanto a medios se refiere a que el espectro (bueno, su parte útil para transmitir TV y radio) es finito y, por lo tanto, necesitamos una manera de distribuirlo. Tiene toda la razón. ¿Pero por qué debe hacer la distribución el gobierno? ¿Acaso no ya intentamos eso con la tierra y vimos que no funciona? No sólo eso, los países comunistas lo intentaron no sólo con la tierra, sino con todos los recursos económicos (i.e. recursos cuya demanda es mayor a su oferta) y los resultados fueron desastrozos. De nuevo pregunto, ¿qué le hace pensar a Rodolfo que el gobierno puede planificar y distribuir ciertas cosas y otras no? ¿Qué cosas son esas que sí debe distribuir? ¿Las “estratégicas”? Entonces ¿por qué no funcionó la redistribución de la tierra? (creo que podemos estar de acuerdo en que la tierra es un recurso estratégico ¿no?).
La mejor manera de distribuir un recurso económico es dejando que consumidores y productores lo hagan. En otras palabras, el mercado se encarga de lograr la mejor distribución y de cambiarla conforme cambian las demandas de la gente. Supongamos, por ejemplo, que sólo quedara espacio para una estación más de TV abierta y que dos grupos quieren ese espacio; uno quiere poner un canal indigenista y el otro un canal de videos de música. ¿Cuál debe quedarse con ese espacio de espectro? La gente políticamente correcta probablemente diga que el canal indigenista. Los chavos que gustan de música y no tienen acceso a TV por cable probablemente prefieran el de música. ¿Cómo decidir? Si dejamos que el gobierno decida probablemente se incline por el canal indigenista para evitarse manifestaciones y quedar bien. Pero, seamos sinceros, ¿cuánta gente verá ese canal? Tal vez un número considerable al principio, pero después la gente perderá interés y regresará a sus telenovelas o cualquier otra cosa. Con ello los anunciantes dejarán de financiar el canal y probablemente será necesario subsidiarlo si queremos que se mantenga al aire. El uso de ese espacio de espectro, por lo tanto, estaría siendo desperdiciado. En cambio, si el canal de videos obtiene ese espacio de espectro a través de una licitación, se preocupará por mantener la mayor audiencia posible porque debe recuperar los recursos que invirtió. Si tiene razón en su apuesta inicial, que hay una demanda considerable por un canal de videos, entonces tendrá anunciantes y obtendrá ganancias al tiempo que satisface la demanda de entretenimiento de mucha gente. Si se equivoca y la gente no quiere videos sino programas indigenistas, entonces tiene el incentivo por cambiar su programación. Rodolfo, por ejemplo, tiene opiniones bien definidas respecto a Televisa, TV Azteca, Multivisión y Radio Red. ¿Pero cree que todos tenemos la misma opinión? Por supuesto que no. Dejemos entonces que sea el mercado el que decida.
Quienes piden que se asignen los espacios de espectro tomando en cuenta criterios sociales pretenden obligar a la gente a ver lo que ellos consideran correcto. Por alguna razón creen que ellos tienen un don superior que los consumidores en general y que es su responsabilidad educar a la gente para que se comporte de la manera que ellos consideran correcta. Este es el ideal de cualquier comunista (no estoy diciendo que todos los que abogan por estas medidas sean comunistas), pero ellos mismos deben darse cuenta de que no funciona. La gente no obedece a la tele, si fuera así nadie consumiría drogas y nadie en Cuba querría escapar del paraíso en el que viven (según la televisión oficial).
En cuanto a la información, aún cuando sólo dos compañías dominan en TV, hay una cantidad enorme de periódicos y estaciones de radio con formato de noticias. En México no es difícil obtener información tampoco. Cada fuente tiene sus preferencias, en algunas es clara (e.g. La Jornada o Ferriz de Con) y en otras no. Por su lado Televisa y TV Azteca creo que están haciendo el esfuerzo por darle espacio a todo tipo de opiniones. Hay una cosa en la que estoy de acuerdo contigo, la información política es difícil de comprender muchas veces y eso es peligroso. La solución: quitémosle poder al gobierno de tomar todas esas decisiones por nosotros. ¿Acaso no es mejor que cada uno de nosotros sea responsable de su futuro en lugar de dejarle esa responsabilidad a políticos transas?
3. Volviendo al tema de los costos de acceso es importante recordar que acceder a un mercado no es algo simple como ROLVA insinúa en su comentario.Para empezar yo nunca he dicho que poner una estación de radio o TV sea algo simple. De la misma manera que no es simple competir contra Apple o Microsoft o Sony o Toshiba. Tampoco es sencillo entrar a la industria automotriz, y sin embargo vemos una fuerte competencia también ahí. Por lo tanto, los costos de acceso no implican que la competencia no pueda existir. Pero además, sería bueno pensar de dónde vienen esos costos de acceso. Los costos de acceso son los precios de los equipos, del terreno, los salarios de los trabajadores, etc. Y como todos los precios, son resultado mismo de la competencia capitalista. ¿Qué pasaría si el gobierno decide subsidiar, por ejemplo, los costos de entrada a TV y radio para que más gente pueda acceder al mercado? Pues estaría quitándonos recursos que tal vez preferimos gastar en otras cosas. Yo, por ejemplo, preferiría utilizar ese dinero en el desarrollo de acceso más rápido y barato a Internet que en poner otra estación de TV. Pero esa elección la hace el gobierno por mi al cobrarme impuestos y dejar que sean políticos y burócratas los que decidan qué hacer con él.
La siguiente observación de Rodolfo en cuanto a medios se refiere a que el espectro (bueno, su parte útil para transmitir TV y radio) es finito y, por lo tanto, necesitamos una manera de distribuirlo. Tiene toda la razón. ¿Pero por qué debe hacer la distribución el gobierno? ¿Acaso no ya intentamos eso con la tierra y vimos que no funciona? No sólo eso, los países comunistas lo intentaron no sólo con la tierra, sino con todos los recursos económicos (i.e. recursos cuya demanda es mayor a su oferta) y los resultados fueron desastrozos. De nuevo pregunto, ¿qué le hace pensar a Rodolfo que el gobierno puede planificar y distribuir ciertas cosas y otras no? ¿Qué cosas son esas que sí debe distribuir? ¿Las “estratégicas”? Entonces ¿por qué no funcionó la redistribución de la tierra? (creo que podemos estar de acuerdo en que la tierra es un recurso estratégico ¿no?).
La mejor manera de distribuir un recurso económico es dejando que consumidores y productores lo hagan. En otras palabras, el mercado se encarga de lograr la mejor distribución y de cambiarla conforme cambian las demandas de la gente. Supongamos, por ejemplo, que sólo quedara espacio para una estación más de TV abierta y que dos grupos quieren ese espacio; uno quiere poner un canal indigenista y el otro un canal de videos de música. ¿Cuál debe quedarse con ese espacio de espectro? La gente políticamente correcta probablemente diga que el canal indigenista. Los chavos que gustan de música y no tienen acceso a TV por cable probablemente prefieran el de música. ¿Cómo decidir? Si dejamos que el gobierno decida probablemente se incline por el canal indigenista para evitarse manifestaciones y quedar bien. Pero, seamos sinceros, ¿cuánta gente verá ese canal? Tal vez un número considerable al principio, pero después la gente perderá interés y regresará a sus telenovelas o cualquier otra cosa. Con ello los anunciantes dejarán de financiar el canal y probablemente será necesario subsidiarlo si queremos que se mantenga al aire. El uso de ese espacio de espectro, por lo tanto, estaría siendo desperdiciado. En cambio, si el canal de videos obtiene ese espacio de espectro a través de una licitación, se preocupará por mantener la mayor audiencia posible porque debe recuperar los recursos que invirtió. Si tiene razón en su apuesta inicial, que hay una demanda considerable por un canal de videos, entonces tendrá anunciantes y obtendrá ganancias al tiempo que satisface la demanda de entretenimiento de mucha gente. Si se equivoca y la gente no quiere videos sino programas indigenistas, entonces tiene el incentivo por cambiar su programación. Rodolfo, por ejemplo, tiene opiniones bien definidas respecto a Televisa, TV Azteca, Multivisión y Radio Red. ¿Pero cree que todos tenemos la misma opinión? Por supuesto que no. Dejemos entonces que sea el mercado el que decida.
Quienes piden que se asignen los espacios de espectro tomando en cuenta criterios sociales pretenden obligar a la gente a ver lo que ellos consideran correcto. Por alguna razón creen que ellos tienen un don superior que los consumidores en general y que es su responsabilidad educar a la gente para que se comporte de la manera que ellos consideran correcta. Este es el ideal de cualquier comunista (no estoy diciendo que todos los que abogan por estas medidas sean comunistas), pero ellos mismos deben darse cuenta de que no funciona. La gente no obedece a la tele, si fuera así nadie consumiría drogas y nadie en Cuba querría escapar del paraíso en el que viven (según la televisión oficial).
En cuanto a la información, aún cuando sólo dos compañías dominan en TV, hay una cantidad enorme de periódicos y estaciones de radio con formato de noticias. En México no es difícil obtener información tampoco. Cada fuente tiene sus preferencias, en algunas es clara (e.g. La Jornada o Ferriz de Con) y en otras no. Por su lado Televisa y TV Azteca creo que están haciendo el esfuerzo por darle espacio a todo tipo de opiniones. Hay una cosa en la que estoy de acuerdo contigo, la información política es difícil de comprender muchas veces y eso es peligroso. La solución: quitémosle poder al gobierno de tomar todas esas decisiones por nosotros. ¿Acaso no es mejor que cada uno de nosotros sea responsable de su futuro en lugar de dejarle esa responsabilidad a políticos transas?
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