Bueno, ahora abordaré el segundo punto de Hari sobre monopolios. Dice Hari, y mucha gente cree esto, que en un sistema de libre comercio sin regulación gubernamental (lo que algunos llaman capitalismo “salvaje” o laissez-faire) favorecería la formación de monopolios. Incluso hay quienes llevan esta línea de pensamiento hasta sus últimas consecuencias para llegar a la conclusión de que el mundo sería regido por un cartel de monopolios, o lo que sería lo mismo, un gran monopolio mundial.
Antes que nada desbanquemos ese mito del gran monopolio mundial. Supongamos que ese monopolio existiera. Se trataría pues de una organización dueña de todos los medios de producción. Una organización que arbitrariamente decide cuánto producir de cada cosa, a qué precio venderlas y cuánto pagar a sus empleados. ¡Pero esto sería básicamente un Estado comunista! Un Estado comunista es dueño de todos los medios de producción y decide cuánto de cada cosa le toca a cada habitante. Y de la misma manera que un Estado comunista no funciona y termina por implotar, lo mismo sucedería con el gran monopolio mundial si alguna vez llegara a existir.
Pero lo que es más, en un sistema de capitalismo laissez-faire nunca podría formarse ese monopolio mundial. Para ver por qué concentrémonos en monopolios de productos individuales. Imaginemos, por ejemplo, que Pepsi y Coca se unen para formar Copsi y luego compran a las demás refresqueras. ¿Qué pasará entonces? ¿Podrá Copsi ponerle el precio que se le antoje a los refrescos? ¿Estaría ustedes dispuestos a pagar $100 pesos por una lata de refresco? Pues yo no, pero tal vez haya personas tan adictas al chesco que todavía así lo comprarían. Pero ¿qué tal $1,000 pesos por lata? ¿$10,0000? Obviamente llega un momento en que Copsi no podrá subir más el precio. Y aún si lo subiera al máximo ¿ganaría más dinero que cobrando los $10 o $20 pesos que cuesta ahora? Lo más seguro es que no porque menos gente compraría su producto. ¿Por qué no puede cobrar Copsi lo que se le antoje? Porque el mercado no lo controlan ellos, nadie lo controla. Cada uno de nosotros decidimos qué compramos y qué no y cuánto estamos dispuestos a pagar. Aún si hubiese un sólo productor para cada producto, no podrían cobrar lo que les diera la gana, sino lo que el mercado dicta. Regresando a los refrescos, si alguien cree que existe mayor demanda que la que satisface Copsi, o si alguien inventa una nueva manera de producir refresco a menor costo y/o de mejor calidad que Copsi, estará en libertad de entrar al mercado y competir. De esta manera el mercado funciona para proporcionar la cantidad y calidad de refresco que el mercado demanda. Dado que el mercado cambia constantemente es difícil que un monopolio se mantenga y el mercado funciona de forma tal que la tendencia es a maximizar el servicio a los consumidores. ¿Por qué? Porque satisfaciendo las necesidades de los consumidores se maximizan las ganancias de quienes arriesgan su capital en una empresa. A veces esto implicará que para algunos productos lo más eficiente sea un monopolio, mientras que en otros habrá competencia constante.
Iba a dejar este post hasta aquí, pero sin duda recibiré un comentario que diga “Pues todo eso es teoría, pero en la práctica las cosas son diferentes …”. Así que pondré un par de ejemplos. Obviamente no existen ejemplos que apliquen totalmente dado que en ningún lado se practica el capitalismo laissez-faire (el lugar que más se acerca es Hong-Kong). Pero podemos aproximar con ejemplos en ramos con poca regulación. Un buen ejemplo es Microsoft (MS). MS prácticamente tiene un monopolio sobre sistemas operativos, pero su monopolio se debe a que la gente prefiere su producto a las alternativas (como MacOS o Linux). El monopolio de MS se debe pues a que es el que mejor ha satisfecho la demanda del mercado. Pero todos conocemos las quejas contra MS. ¿Qué pasará en el futuro? Pues o MS mejora sus productos para mantener su monopolio o la competencia le ganará el mercado. Una muestra de que MS no es invencible es la creciente popularidad de navegadores de Internet alternativos a Internet Explorer como Firefox u Opera. De la misma manera, hay quienes consideran que el precio de Windows es demasiado alto. Hay ahí una oportunidad de inversión. Y efectivamente hay inversionistas que vieron esa oportunidad y ahora venden computadoras con sistemas operativos basados en Linux a un menor precio. ¿Tendrán éxito? Nadie puede saberlo a priori. El mercado será el que decida. Pero en todo caso podemos ver que el mercado está funcionando para maximizar la satisfacción de los consumidores.
¿Existen monopolios malos? Sí, aquellos creados por el gobierno o que logran que el gobierno los proteja. PEMEX es un ejemplo de lo primero y los azucareros un ejemplo de lo segundo. De PEMEX ya he escrito antes, así que veamos el caso de los azucareros. En este caso tenemos a todos los productores de azúcar asociándose para formar un cartel, hasta ahí nada malo. Pero este cartel, en lugar de participar libremente en el mercado, utiliza al gobierno para obligar a los consumidores a comprar su producto. El cartel, además, fija el precio al que los consumidores comprarán el producto y, con ayuda del gobierno, prohíbe la competencia (y además le pone trabas a productores de productos alternativos como la fructuosa) Ante esta acción, los consumidores no tienen otra opción más que comprar al precio del cartel o de plano dejar de consumir azúcar. En este caso es claro que el monopolio de los azucareros no funciona para maximizar la satisfacción de los consumidores, y la razón por la que esto es posible es la intervención del gobierno.
Así pues hay dos tipos de monopolio, aquellos que se forman libremente en el mercado y los que se forman con ayuda del gobierno. Los primeros funcionan para satisfacer a los consumidores, los segundos en detrimento de los mismos. Ahora sí, denme ejemplos de esos malvados monopolios que según ustedes necesitan regulación.
Antes que nada desbanquemos ese mito del gran monopolio mundial. Supongamos que ese monopolio existiera. Se trataría pues de una organización dueña de todos los medios de producción. Una organización que arbitrariamente decide cuánto producir de cada cosa, a qué precio venderlas y cuánto pagar a sus empleados. ¡Pero esto sería básicamente un Estado comunista! Un Estado comunista es dueño de todos los medios de producción y decide cuánto de cada cosa le toca a cada habitante. Y de la misma manera que un Estado comunista no funciona y termina por implotar, lo mismo sucedería con el gran monopolio mundial si alguna vez llegara a existir.
Pero lo que es más, en un sistema de capitalismo laissez-faire nunca podría formarse ese monopolio mundial. Para ver por qué concentrémonos en monopolios de productos individuales. Imaginemos, por ejemplo, que Pepsi y Coca se unen para formar Copsi y luego compran a las demás refresqueras. ¿Qué pasará entonces? ¿Podrá Copsi ponerle el precio que se le antoje a los refrescos? ¿Estaría ustedes dispuestos a pagar $100 pesos por una lata de refresco? Pues yo no, pero tal vez haya personas tan adictas al chesco que todavía así lo comprarían. Pero ¿qué tal $1,000 pesos por lata? ¿$10,0000? Obviamente llega un momento en que Copsi no podrá subir más el precio. Y aún si lo subiera al máximo ¿ganaría más dinero que cobrando los $10 o $20 pesos que cuesta ahora? Lo más seguro es que no porque menos gente compraría su producto. ¿Por qué no puede cobrar Copsi lo que se le antoje? Porque el mercado no lo controlan ellos, nadie lo controla. Cada uno de nosotros decidimos qué compramos y qué no y cuánto estamos dispuestos a pagar. Aún si hubiese un sólo productor para cada producto, no podrían cobrar lo que les diera la gana, sino lo que el mercado dicta. Regresando a los refrescos, si alguien cree que existe mayor demanda que la que satisface Copsi, o si alguien inventa una nueva manera de producir refresco a menor costo y/o de mejor calidad que Copsi, estará en libertad de entrar al mercado y competir. De esta manera el mercado funciona para proporcionar la cantidad y calidad de refresco que el mercado demanda. Dado que el mercado cambia constantemente es difícil que un monopolio se mantenga y el mercado funciona de forma tal que la tendencia es a maximizar el servicio a los consumidores. ¿Por qué? Porque satisfaciendo las necesidades de los consumidores se maximizan las ganancias de quienes arriesgan su capital en una empresa. A veces esto implicará que para algunos productos lo más eficiente sea un monopolio, mientras que en otros habrá competencia constante.
Iba a dejar este post hasta aquí, pero sin duda recibiré un comentario que diga “Pues todo eso es teoría, pero en la práctica las cosas son diferentes …”. Así que pondré un par de ejemplos. Obviamente no existen ejemplos que apliquen totalmente dado que en ningún lado se practica el capitalismo laissez-faire (el lugar que más se acerca es Hong-Kong). Pero podemos aproximar con ejemplos en ramos con poca regulación. Un buen ejemplo es Microsoft (MS). MS prácticamente tiene un monopolio sobre sistemas operativos, pero su monopolio se debe a que la gente prefiere su producto a las alternativas (como MacOS o Linux). El monopolio de MS se debe pues a que es el que mejor ha satisfecho la demanda del mercado. Pero todos conocemos las quejas contra MS. ¿Qué pasará en el futuro? Pues o MS mejora sus productos para mantener su monopolio o la competencia le ganará el mercado. Una muestra de que MS no es invencible es la creciente popularidad de navegadores de Internet alternativos a Internet Explorer como Firefox u Opera. De la misma manera, hay quienes consideran que el precio de Windows es demasiado alto. Hay ahí una oportunidad de inversión. Y efectivamente hay inversionistas que vieron esa oportunidad y ahora venden computadoras con sistemas operativos basados en Linux a un menor precio. ¿Tendrán éxito? Nadie puede saberlo a priori. El mercado será el que decida. Pero en todo caso podemos ver que el mercado está funcionando para maximizar la satisfacción de los consumidores.
¿Existen monopolios malos? Sí, aquellos creados por el gobierno o que logran que el gobierno los proteja. PEMEX es un ejemplo de lo primero y los azucareros un ejemplo de lo segundo. De PEMEX ya he escrito antes, así que veamos el caso de los azucareros. En este caso tenemos a todos los productores de azúcar asociándose para formar un cartel, hasta ahí nada malo. Pero este cartel, en lugar de participar libremente en el mercado, utiliza al gobierno para obligar a los consumidores a comprar su producto. El cartel, además, fija el precio al que los consumidores comprarán el producto y, con ayuda del gobierno, prohíbe la competencia (y además le pone trabas a productores de productos alternativos como la fructuosa) Ante esta acción, los consumidores no tienen otra opción más que comprar al precio del cartel o de plano dejar de consumir azúcar. En este caso es claro que el monopolio de los azucareros no funciona para maximizar la satisfacción de los consumidores, y la razón por la que esto es posible es la intervención del gobierno.
Así pues hay dos tipos de monopolio, aquellos que se forman libremente en el mercado y los que se forman con ayuda del gobierno. Los primeros funcionan para satisfacer a los consumidores, los segundos en detrimento de los mismos. Ahora sí, denme ejemplos de esos malvados monopolios que según ustedes necesitan regulación.
1 comentario:
pues si no te has fijado todo eso y mas es lo que esta pasando, te has preguntado el porque hay naciones y no paises porque hay enfermedades que ni los paises mas avanzados no han podido encontrar la cura. es porque quieren reducir la poblacion para hacer mas facil la monopolizacion. ¿no crees?
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