noviembre 04, 2005

¿Por qué libre comercio?

Viendo lo que está sucediendo en Mar del Plata y el pequeño debate que traigo con Alf de Olganza (un blog que les recomiendo), creo que vale la pena recordar por qué nos conviene el libre comercio. Debemos entender que el comercio es una actividad en que tanto comprador como vendedor ganan. Los dos obtienen algo que quieren. Como compradores nos conviene tener acceso a más y mejores productos muchas veces más baratos que los producidos en el país. Como vendedores nos conviene tener acceso a un mayor mercado al cual venderle. Las restricciones al comercio sólo le convienen a unos cuantos: a aquellos productores protegidos (fregando a los consumidores que tienen que comprarles), y a los cuates de los políticos que tienen el poder de imponer las reglas de comercio.

Por experiencia sé que alguien vendrá a decir que el libre comercio se ve muy bien en teoría pero que en la práctica no es lo mismo. Generalmente esta aseveración se hace gratuitamente, sin razones ni pruebas. Pero incluso en la práctica los beneficios del libre comercio han quedado demostrados. Citando a Juan Carlos Hidalgo:

Luego de décadas de experimentos en uno y otro sentido resulta bastante obvio que el libre comercio es uno de los mecanismos más efectivos para fomentar la riqueza y el desarrollo de los pueblos. Basta comparar los indicadores económicos y de desarrollo humano de los países abiertos al comercio con aquellos que han cerrado sus fronteras para constatar cómo el libre intercambio mejora en gran medida la calidad de vida de las personas. Según el Índice de Apertura Comercial publicado en el 2001 por el Fraser Institute de Canadá, los habitantes de los 10 países más abiertos al comercio ganan en promedio 7 veces más que las personas que viven en las 10 naciones más proteccionistas del mundo. Además, el libre comercio ha impactado en mayor medida a los países chicos que han abierto sus fronteras a los bienes y servicios de otras latitudes: entre los 10 países más libres se encuentran naciones pequeñas que no hace mucho eran pobres, como Irlanda, Malasia y Singapur.
El libre comercio no es la panacea. No resuelve todos los problemas. Pero es un ingrediente básico para que un país pueda producir más y mejor que es la única manera de crear riqueza y salir de la pobreza. ¿Cuándo dejaremos de escuchar a los que destruyen riqueza y permitir que la gente comercie en libertad?

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