El post de hoy parte de un nuevo blog del Instituto Cato llamado Cato Unbound y aterriza sobre uno de los temas más comentados en este momento en México: la propuesta de autonomía de algunos órganos financieros del gobierno. La idea de Cato Unbound es difundir ensayos de “grandes pensadores” actuales y discusión sobre estos ensayos. Ayer se difundió el primer ensayo por parte del premio Nobel en economía James Buchanan. Buchanan es uno de los fundadores de la Teoría de Elección Pública. De manera resumida podemos decir que esta teoría utiliza las herramientas del análisis económico y las aplica a la política para explicar porque los gobiernos son ineficientes y por qué la gente tiende a no estar informada acerca de política. Una de las implicaciones de esta teoría es que la mejor manera de obtener un buen gobierno es mediante buenas leyes. En otras palabras, si el gobierno falla en algo debemos preguntarnos qué leyes cambiar en lugar de discutir si debemos elegir a otro político o a otro partido. Por ejemplo, si antes tuvimos el problema de que el gobernante en turno podía echar a andar la maquinita de hacer dinero a su gusto, la solución fue darle independencia al Banco de México para que, con criterios claros, fuera este el que tomara decisiones sobre el dinero circulante de manera independiente. Claro que esos criterios están a discusión, pero por lo menos de esa manera le quitamos cierto poder al político popular del momento. Ahora surge la propuesta de darle esta independencia al SAT, CONSAR, CMBV y la Comisión de Seguros y Finanzas hecha por el diputado priísta Francisco Rojas. AMLO y sus compadres (Manuel Camacho, Granados Chapa, Editorial de La Jornada) pronto soltaron el grito al aire de que esta propuesta tenía dedicatoria para limitar el próximo gobierno perredista (porque obviamente ellos están seguros de que ganarán). En otras palabras lo que estamos viendo es al político popular del momento quejarse precisamente porque de llegar a la presidencia su poder será limitado.
Estos son precisamente los políticos peligrosos: aquellos que antes denunciaron el poder absoluto del presidente y ahora lo quieren para ellos mismos en lugar de abogar por limitar el poder de la institución presidencial en si.
Sumémosle a esto la posición de AMLO a favor del proteccionismo, que lo único que hace es limitar nuestra libertad de comprarle y venderle a quien queramos, y su posición estatista de no permitir la inversión privada en el sector energético y simplemente no veo manera de justificar el votar por él.
Estos son precisamente los políticos peligrosos: aquellos que antes denunciaron el poder absoluto del presidente y ahora lo quieren para ellos mismos en lugar de abogar por limitar el poder de la institución presidencial en si.
Sumémosle a esto la posición de AMLO a favor del proteccionismo, que lo único que hace es limitar nuestra libertad de comprarle y venderle a quien queramos, y su posición estatista de no permitir la inversión privada en el sector energético y simplemente no veo manera de justificar el votar por él.
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