Bueno, me retiré un rato de esto pero ya es hora de seguirle. Antes que nada hoy se conmemora el aniversario de los ataques terroristas en Madrid. Témoris en Mundo Abierto tiene un buen post al respecto.
Yo hoy también me voy por el comentario internacional, pero más cercano. La semana pasada Andrés Oppenheimer escribió acerca de “La ola izquierdista en América Latina” con motivo de la toma de posesión del presidente uruguayo Tabaré Vázquez. Oppenheimer dice:
Pero salvo por Castro y Chávez, se trata de una izquierda diferente:
Por otro lado, Oppenheimer también destaca el mal lado de estos gobiernos de izquierda es que harán caso omiso de las violaciones a derechos humanos que siguen viviendo los cubanos.
Y en este sentido me encuentro también con que, al parecer, México podría cambiar el sentido de su voto en cuanto a Cuba ante la Comisión de Derechos Humanos. Dice Jorge Castañeda:
De ser cierto, sería una gran pena. Independientemente de si estamos o no de acuerdo con ella, la política exterior del gobierno de Fox se ha basado en principios. Esperemos que así sigua. ¿Cómo explicaría el cambio en el sentido del voto? ¿Acaso Castro ha cambiado?
Yo hoy también me voy por el comentario internacional, pero más cercano. La semana pasada Andrés Oppenheimer escribió acerca de “La ola izquierdista en América Latina” con motivo de la toma de posesión del presidente uruguayo Tabaré Vázquez. Oppenheimer dice:
Pero antes de analizar por qué el giro a la izquierda en Latinoamérica podría ser para mejor, veamos el mapa político de la región. Desde 1998, presidentes de izquierda o centroizquierda han llegado al poder en Venezuela, Chile, Ecuador, Brasil, Argentina, Bolivia, Panamá y Uruguay, muchos de ellos después de ganar elecciones por márgenes abrumadores.
Y puede que vengan varios más. La candidata socialista Michelle Bachelet está encabezando las encuestas para la elección presidencial de diciembre en Chile, mientras que el alcalde izquierdista de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, va primero en las encuestas para la elección presidencial del 2006 en México.
Si las tendencias se mantienen, podríamos tener muy pronto a presidentes de izquierda gobernando más del 75 por ciento de la población de América Latina.
Pero salvo por Castro y Chávez, se trata de una izquierda diferente:
Pero, con suerte, Venezuela y Cuba serán la excepción a la regla. Probablemente, el nuevo Presidente de Uruguay, siguiendo los pasos de sus colegas en Brasil y Chile, pronto tome distancia de los ''ultras'' de su partido. Su ministro de Economía, Danilo Astori, ya dijo la semana pasada que ''(aumentar) la inversion es una prioridad absolutamente indiscutible'' del nuevo gobierno.
…
Pero probablemente prevalecerán los modelos de Chile y Brasil. Con suerte, los países latinoamericanos se convertirán en democracias modernas donde, como España, Italia o Chile, se alternan gobiernos conservadores y socialistas, sin que ningún inversionista huya despavorido. Eso es lo mejor que le podría pasar a América Latina, y quizás ya haya empezado a suceder.
Por otro lado, Oppenheimer también destaca el mal lado de estos gobiernos de izquierda es que harán caso omiso de las violaciones a derechos humanos que siguen viviendo los cubanos.
Y en este sentido me encuentro también con que, al parecer, México podría cambiar el sentido de su voto en cuanto a Cuba ante la Comisión de Derechos Humanos. Dice Jorge Castañeda:
“Tengo entendido –dijo- que ya se tomó una decisión para cambiar el voto en Ginebra”. Afirmó, en tal sentido, que la comisión mexicana que se dirige a esa ciudad ya lleva instrucciones para abstenerse de votar contra el Gobierno de la isla, con lo que se estaría haciendo caso omiso a las violaciones de derechos humanos en ese país.
Antes de participar en la cuarta edición del Foro Nacional de Seguridad, Justicia y Paz, “La Reforma de la Justicia entre la marcha del 2004 y las elecciones del 2006”, Castañeda afirmó que ese cambio en la decisión se hizo a partir de los videos de Ahumada.
De igual forma, añadió, responde a la búsqueda de votos de parte del canciller, Luis Ernesto Derbez, para ocupar la presidencia de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
De ser cierto, sería una gran pena. Independientemente de si estamos o no de acuerdo con ella, la política exterior del gobierno de Fox se ha basado en principios. Esperemos que así sigua. ¿Cómo explicaría el cambio en el sentido del voto? ¿Acaso Castro ha cambiado?
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