Uno de los temas que más interés me provocan es la discusión ética en torno al uso médico de células troncales embrionarias (CTE). El dilema ético se debe a que si bien existe un potencial enorme de producir nuevos tratamientos para curar enfermedades diversas utilizando CTE, la única manera que conocíamos de obtener éstas células implicaba destruir el embrión del que provenían. Si este embrión es considerado una persona es claro que esta práctica no es ética. Es por esto que muchos científicos están intentando desarrollar nuevas rutas para obtener CTE. Hoy en la revista Nature se reportan un par de técnicas que intentan resolver el problema ético.
La primera consiste en manipular los embriones al crearlos para que no se puedan implantar en la matriz. De esta manera el embrión no tiene la posibilidad de crecer hasta formar un bebé. Dado que el embrión no es viable, es razonable que “done” sus células troncales para curar a otras personas. El argumento es que esto es similar a la donación de órganos. La bronca ética sin embargo no queda salvada del todo ya que queda la duda de si crear un embrión defectuoso es razonable.
La segunda técnica fue desarrollada por un grupo liderado por Robert Lanza trabajando en la compañía de biotecnología Advanced Cell Technology. En este caso los investigadores lograron producir CET de ratón a partir de una célula extraída del embrión sin tener que destruirlo. Es decir, el embrión después fue implantado y se desarrolló normalmente. Mientras esa célula extraída no tenga la posibilidad de crecer para formar un bebé, creo que el problema ético queda resuelto. La bronca, claro, es que esta técnica sólo podría utilizarse para embriones producidos mediante fertilización in vitro. En cualquier caso es un avance importante.
octubre 17, 2005
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