Hace algunos días Sergio Sarmiento comentó en su columna Jaque Mate que los diputados estaban cometiendo una injusticia al eximir del pago de impuestos las prestaciones que los trabajadores reciben. Su razonamiento es que esto afecta desfavorablemente a las pequeñas empresas debido a que éstas pagan una menor parte del salario de sus trabajadores en forma de prestaciones y, por lo tanto, sus trabajadores terminan pagando más impuestos que los de empresas grandes.
En esta ocasión estoy totalmente en desacuerdo con Sarmiento. Cualquier reducción en impuestos será siempre buena. Sin duda no es la medida más eficiente. Lo ideal sería que se bajara la tasa impositiva para todos. Pero Sarmiento efectivamente lo que está diciendo es que si no se va a reducir la carga impositiva para todos, entonces que no se le reduzca a nadie.
Cualquier baja en la carga impositiva siempre será buena. No quiero decir con esto que la medida sea justa. Es obviamente injusta para quienes no reciben (o reciben pocas) prestaciones. Lo que le queda a estos trabajadores es protestar y contactar a sus legisladores para lograr que los legisladores bajen la carga impositiva para todos sin importar la manera en que se nos pague.
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