Para mí la noticia del día es la aprobación de "medidas cautelares" por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a favor de Jorge Castañeda. Esto no quiere decir que ya ganó Castañeda, sino que mientras se decide el fondo del asunto, Castañeda debe poder recibir un registro "provisional" así como acceso a los medios como los demás candidatos.
Esperemos que la CIDH fallé finalmente a favor de Castañeda y, con ello, obligue a la reforma a las leyes electorales para permitir las candidaturas independientes. Hay dos objeciones: que sería muy caro proveer de recursos a toda persona que se le ocurra ser candidato, y que los partidos actúan como un filtro para permitir que sólo sean candidatos personas serias y comprometidas con el país.
Para empezar, ninguna de estas dos objeciones son válidas legalmente porque la Constitución es clara al decir que todo mexicano tiene derecho a votar y ser votado. Pero no sólo es cuestión de legalidad, sino también de justicia. La primera objeción trae a discusión si debemos gastar tanto dinero público en campañas. Mi punto de vista particular es que el público no debería financiar las campañas; los candidatos deberían encargarse de recolectar donaciones para hacer campaña por su propia cuenta. Esta discusión es larga, por lo que la dejaré para otra ocasión, pero esa es mi posición.
La segunda objeción es tal vez la más fácil de refutar. ¿Alguién realmente cree que los candidatos que presentan los partidos son los mejores hombres y mujeres que tiene el país? La realidad es que la condición de pertenecer a un partido polítco para poder acceder a puestos de elección popular lo único que provoca es una dependencia de los gobernantes hacia los partidos y sus dirigentes. Es por esta razón que la reelección legislativa es buena idea, y es por la misma razón que las candidaturas independienteas también lo son. Un candidato independiente que gane responderá a la gente primero y no a su partido porque no lo tiene. Esto no quiere decir que siempre será preferible un candidato independiente a uno de partido, ni que este garantizado que un candidato independiente será mejor gobernante; pero lo que sí logra es inmediatamente quitarle el monopolio del poder gubernamental a los partidos y entregárselo a quién le corresponde: los ciudadanos.
ACTUALIZACIÓN: Por cierto, me da gusto ver en los blogs que leo regularmente como goleech y Seldon Matrix que todos compartimos la opinión de que esto es positivo. Obviamente bloggers comprometidos con una sola opción como la Red Ciudadana Hermosillo no están tan contentos.
Esperemos que la CIDH fallé finalmente a favor de Castañeda y, con ello, obligue a la reforma a las leyes electorales para permitir las candidaturas independientes. Hay dos objeciones: que sería muy caro proveer de recursos a toda persona que se le ocurra ser candidato, y que los partidos actúan como un filtro para permitir que sólo sean candidatos personas serias y comprometidas con el país.
Para empezar, ninguna de estas dos objeciones son válidas legalmente porque la Constitución es clara al decir que todo mexicano tiene derecho a votar y ser votado. Pero no sólo es cuestión de legalidad, sino también de justicia. La primera objeción trae a discusión si debemos gastar tanto dinero público en campañas. Mi punto de vista particular es que el público no debería financiar las campañas; los candidatos deberían encargarse de recolectar donaciones para hacer campaña por su propia cuenta. Esta discusión es larga, por lo que la dejaré para otra ocasión, pero esa es mi posición.
La segunda objeción es tal vez la más fácil de refutar. ¿Alguién realmente cree que los candidatos que presentan los partidos son los mejores hombres y mujeres que tiene el país? La realidad es que la condición de pertenecer a un partido polítco para poder acceder a puestos de elección popular lo único que provoca es una dependencia de los gobernantes hacia los partidos y sus dirigentes. Es por esta razón que la reelección legislativa es buena idea, y es por la misma razón que las candidaturas independienteas también lo son. Un candidato independiente que gane responderá a la gente primero y no a su partido porque no lo tiene. Esto no quiere decir que siempre será preferible un candidato independiente a uno de partido, ni que este garantizado que un candidato independiente será mejor gobernante; pero lo que sí logra es inmediatamente quitarle el monopolio del poder gubernamental a los partidos y entregárselo a quién le corresponde: los ciudadanos.
ACTUALIZACIÓN: Por cierto, me da gusto ver en los blogs que leo regularmente como goleech y Seldon Matrix que todos compartimos la opinión de que esto es positivo. Obviamente bloggers comprometidos con una sola opción como la Red Ciudadana Hermosillo no están tan contentos.
1 comentario:
La verdad yo soy de la idea de que se privatize pemex.... por que solo los que estan ganando ahi son los que trabajan para esa empresa y pues lo unico que han echo durante años es mantener a una bola de pranganas y sin que se lo ganen realmente... es por eso que la empresa esta en quiebra y ya no es rentable, por que han malgastado el dinero en puras prestaciones a los trabajadores.. y pues este dinero ya no se vuelve a ver, es dinero perdido y los que no estan deacuerdo de que se privatize son ellos por que se les acabaria su minita de oro y tendrian que ver la manera de trabajar realmente y ganarse su dinero como la mayoria de nosotros...
Por eso SI A LA PRIVATIZACION somos muchisimo mas personas las que no dependemos directamente de ella....
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