mayo 06, 2008

Un buen ejemplo de una mala privatización: Telmex

Hace poco me escribió un lector de este blog para darme su opinión acerca de mi post sobre la privatización de Pemex. Entre otras cosas me escribió que si Pemex fuese privatizado sucedería lo que sucedió con Telmex. Este es uno de esos "argumentos" que manejan aquellos que se oponen a la reforma de Pemex (que, por cierto, no contempla la privatización).

Telmex es un buen ejemplo de una mala privatización y de que no se trata de privatizar por privatizar. Venderle una compañía completa que domina el mercado a un solo postor y después protegerlo de la competencia como se hizo con Slim es un robo a las personas. Se trata de un monopolio forzado sobre los consumidores por la política proteccionista del gobierno (por eso Slim debería tener un asterisco junto a su nombre en la lista de Forbes).

Ricardo Medina lo comenta de esta manera relacionándolo con la difusión que ha tenido el nuevo libro de Salinas:

De lo que se ha difundido sobre este libro de Salinas de Gortari no aparece una sola explicación –indispensable, a la luz de los acontecimientos posteriores- sobre los criterios que aplicó su gobierno para transformar un monopolio de gobierno quebrado e ineficiente –Teléfonos de México– en un monopolio privado singularmente eficaz para apropiarse de los excedentes de los consumidores y para impedir la competencia.

Es obvio que Salinas de Gortari jamás consideró, en esa privatización, los intereses de los consumidores, sino la necesidad de obtener más ingresos para unas finanzas gubernamentales deterioradas. Es obvio que los privatizadores de Telmex no sucumbieron al abominable “neoliberalismo” que detesta Salinas…

Lástima, si hubiesen sido un poquito liberales sin duda los servicios telefónicos hoy serían más baratos y los consumidores tendríamos verdaderas opciones ...

Así pues, no todas las privatizaciones son iguales. Si Pemex fuese a privatizarse (lo cual dificilmente sucederá) no debería venderse a un sólo postor y mucho menos protegérsele de la competencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La privatización de TELMEX es un claro ejemplo, como tu dices, de la mala aplicación de una política, pero de hecho a traves de la historia de nuestro país hemos sido testigos de las consecuencias que acarrean la inversión privada y extranjera, ya desde tiempos porfirianos el control del país se encontraba en manos de extranjeros que administraban las empresas más importantes y se ha venido aplicando la misma política desde entonces, en un país en reconstrucción como era el México porfiriano se necesitaba una estabilidad económica y para eso se abrieron las puertas al capital privado extranjero, y se desarrollaron importantes avances en el sector público y de servicios, pero todos sabemos como terminó. Es verdad que hasta cierto punto se necesita reforzar al sector público pero se debe ser muy cauteloso en la forma de como se hace, sino pasará lo mismo una y otra véz ya que debido a la falta de ética en nuestros empresarios y gobernantes, estos no piensan en el futuro del país sino solo en lo que van a optener, en cuanto a ganancias, lo que dure su gobierno o administración, por eso no se avanza, porque solo se piensa en el bienestar partidario, empresarial, grupal o individual y no en el del pais en general.Bueno es mi opinión.
Atte: Martín.