En la mayor parte del mundo, hoy en día es aceptado que el planeta está en un proceso de calentamiento debido a la actividad humana que resulta en la producción de dióxido de carbono. El dióxido de carbono es uno de los llamados “gases invernadero” que evita el escape de calor irradiado por la superficie de la Tierra. La cuestión principal que aún queda por decidir es qué hacer al respecto. Para algunos, entre ellos el gobierno norteamericano, la información que los modelos científicos han producido no es lo suficientemente confiable para proponer medidas drásticas como limitar el consumo de energía. Adicionalmente, no nos es posible saber qué va a suceder en el futuro (mucho menos dentro de 100 años). Por ejemplo, es posible que nuevas tecnologías, como celdas combustibles que usan hidrógeno y emiten agua, nos permitan disminuir de manera considerable la emisión de dióxido de carbono. De manera similar, se esta estudiando la posibilidad de secuestrar el dióxido de carbono en el suelo. Éstas más las tecnologías que vengan ayudarán a disminuir el problema. Aún así, es imprescindible tomar conciencia de que el planeta es afectado por nuestras actividades y, por lo tanto, es importante seguir apoyando los estudios de climatólogos. También es necesario tomar las medidas posibles para disminuir en lo posible los contaminantes que producimos mediante acciones individuales como colectivas. Pero mi sentir es que no podemos requerir disminuir el ritmo de crecimiento económico y, por lo tanto, el nivel de desarrollo de la humanidad basándose en predicciones con alto grado de incertidumbre. Es posible, en cambio, que el desarrollo económico permita desarrollar estas tecnologías más rápido sin castigar el desarrollo de países subdesarrollados.
diciembre 29, 2004
Cambio climático y desarrollo económico
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